¿Por qué el discipulado y la evangelización?

Ahora es el momento para una campaña en la Diócesis de Phoenix porque actualmente nos encontramos con una oportunidad histórica: las personas necesitan conocer a Jesús a través de sus seguidores (discípulos) y al escuchar la Buena Nueva de Su Iglesia (evangelización). Esta necesidad ha existido por siglos en cada rincón y cada cultura – el detalle es que jamás ha existido, como existe ahora, hoy en nuestra Diócesis.

Tome un momento de leer y aprender más sobre el Discipulado, la Evangelización y cómo respondemos al llamado:

¿Qué es un discipulado?

Un discipulado se refiere al proceso dinámico de seguir a Jesús. Uno se acerca al corazón de Cristo - hablando, escuchando, preguntando - y uno mismo toma la decisión consciente de ir donde va Jesús y de asimilarse más a Él. La palabra discípulo en griego significa «estudiante o aprendiz», lo que sugiere que nosotros debemos admitir que tenemos la necesidad de aprender más y dejarnos ser transformados. Significa que estamos dispuestos a dar nuestras vidas por completo, así como Jesús le ordenó a Pedro y a Andrés (Marcos 4, 19). Jesús es nuestro modelo, en Sus enseñanzas, acciones y esperanzas - nosotros debemos encontrarnos con Él y a comprometernos a seguirlo por donde nos guíe.

¿Qué es la evangelización?

La evangelización es el proclamar la Buena Nueva que Jesús es nuestro Señor y que nuestra Iglesia es verdaderamente la que fundó. El Papa Pablo VI dijo que «que evangelizar significa llevar la Buena Nueva de Jesús a cada situación humana» y continuó diciendo «la Iglesia existe para evangelizar… para predicar y enseñar, ser canal del don de la gracia, reconciliar a los pecadores con Dios.» La Iglesia Católica tiene consigo una misión audaz: vivir una vida como discípulos auténticos, dar razones de nuestra esperanza en Cristo y de animar a los demás a que tengan la fe de entrar en una relación con Dios.

Nuestra Respuesta

Si de verdad somos llamados a ser discípulos de Jesús y de ser miembros activos de Su Iglesia, entonces debemos responder y satisfacer la necesidad y a las oportunidades que incrementan en nuestro mundo - pero específicamente en nuestra Diócesis. En verdad Dios nos ha bendecido con un hogar rico: una economía dinámica, una mezcla de culturas y una comunidad entusiástica de parroquias y misiones que atraviesan un territorio de casi 49,000 millas cuadradas. A pesar de esto nos enfrentamos cara a cara con retos que nos hacen reflexionar con fe sobre nuestra respuesta.

Las estadísticas muestran que el segundo grupo religioso más alto en nuestro país son de personas que antes eran Católicas. Hay estudios similares que muestran que hay una gran necesidad hacer algo para aquellos que dejan la Iglesia. Estas grupo creciente de personas se van porque no creen que es posible tener una relación personal con Dios. Cada uno de nosotros conoce a un familiar o un amigo que ha dejado la Iglesia donde crecieron porque han tenido dificultades con su fe. Es nuestra responsabilidad, como Cristianos, de aumentar nuestros esfuerzos ser testigos de nuestra fe a estas personas sin importar cómo estén: de darles una razón de nuestra alegría y esperanza (1 Pedro 3, 15) y de invitarles a encontrarse con Jesús de nuevo. San Papa Juan Pablo II llamó estos esfuerzos la «Nueva Evangelización» - de comprometernos de expresarnos de Jesús y su Iglesia con energía y en nuevas maneras.

Nuestro trabajo en la campaña Together Let Us Go Forth ~ Juntos Sigamos Adelante es una respuesta directa al llamado de vivir como discípulos y a vivir el mandamiento (Mateo 28, 19) de evangelizar. Nuestra campaña es mucho más que proyectos de construcción o de crear nuevos programas - es una respuesta con fe a la misión de la Iglesia que debe venir desde las clínicas médicas que dan alivio en el nombre de Cristo al establecimiento de instituciones católicas en el área oeste del valle. Es una oportunidad para que cada parroquia, cada misión y cada católico se comprometa a unirse como una sola comunidad. Requerirá de un gran sacrificio a beneficio de otros, personas que nunca hemos conocido que provienen de parroquias en distintas ciudades. No obstante tenemos la esperanza y confiamos que Dios bendecirá nuestros esfuerzos comunes de fe.

Ahora es el momento de llevar a Cristo, no es algo del pasado ni del futuro. El momento es hoy. Juntos sigamos adelante.

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